sábado, 20 de febrero de 2016

El arte en la Antigua Roma

El arte romano se inicia en íntima conexión con el etrusco y helénico de la Magna Grecia y cobra entidad a partir el siglo II a.C. Algunas aportaciones etruscas fueron el arco de medio punto y el uso de bóvedas. De los griegos heredaron los órdenes arquitectónicos y tipologías de edificios como templos y teatros. Era un arte realista y estaba subordinado a la política, como muestran las representaciones bélicas y de emperadores, frente al idealismo griego que representaba la belleza de los dioses.

En cuanto a la arquitectura, su función era plenamente utilitaria, representaba la fuerza del Estado con su carácter monumental urbanista. Expresaba la grandeza de la urbe con algunas construcciones como el Anfiteatro Flavio o Coliseo que se enmarca en la política del “Panem et Circenses” (pan y circo). Pues en la Roma Imperial se organizaban grandes espectáculos: combates de gladiadores, luchas de fieras, naumaquias… Este divertimento se convirtió en la herramienta de control social. Otros vestigios arquitectónicos que nos quedan de los romanos son el Acueducto de Segovia, que aún sigue en pie pese a que los sillares de granito están unidos sin argamasa; el Panteón de Agripa, pertenece al estilo Imperial y destaca por su planta centralizada y su enorme cúpula de casetones; el Teatro Romano de Cartagena, que fue construido en tiempos del emperador Augusto y dedicado a sus nietos Lucio y Cayo como consta en las inscripciones de los dinteles; por último el Arco de Tito, un gran arco de triunfo que conmemora la toma de Jerusalén.

Respecto a la escultura, se divide en dos periodos: el Republicano, con una clara influencia de la idealización griega y del realismo etrusco, destacan de esta época los bustos de Junio Bruto y Pompeyo; el periodo Imperial se divide a su vez el alto Imperio, destacando el Augusto de Prima Porta, retrato del cónsul imperator en posición de arengar las tropas; bajo Imperio, con los retratos de Adriano, Marco Aurelio y Caracalla que muestran el carácter de los emperadores con su gran técnica escultórica; y, por último, el periodo Tardorromano, caracterizado por la rigidez y el hieratismo al aparecer la religión cristiana, los retratos se deshumanizan y la escultura se considera anti-clásica, son de esta época el retrato de Constantino y el grupo de los Tetrarcas.

Para finalizar, otra tipología es el Relieve Histórico, que se vincula a la arquitectura y tiene valor narrativo. Su temática histórica glorifica el presente y pasado de Roma y sus promotores.

Las obras de gran nivel técnico y riqueza gestual presentan un abigarramiento compositivo, el conocido “Horror Vacui”, o miedo al vacío. Ejemplos de esto son las decoraciones de la Columna Trajana, que conmemora la conquista de la Dacia por el emperador y el Ara Pacis, altar a modo de templo consagrado a la diosa Pax cuyos relieves representan hechos del mandato de Augusto, este monumento conmemora la Pax Augustea.

           Artículo realizado por María Atenza López (@mariaatenza5 en Twitter)

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