lunes, 21 de diciembre de 2015

El triunfo en la Roma republicana

El triunfo era una ceremonia festiva y religiosa que servía también como una excelente propaganda política. El triunfo celebraba una victoria militar contra un enemigo extranjero con un espectacular desfile, encumbrando al general victorioso, el imperator. Era tan espectacular que cuando se celebraba uno media Italia se encontraba en Roma para poder presenciarlo, además no se podía disfrutar de este espectáculo normalmente, pues las condiciones para poder celebrarlo eran bastante restrictivas.

Era el general el que tenía que transmitir al Senado una petición de triunfo después de una gran victoria militar contra un enemigo extranjero y ser aclamado “imperator” por las tropas. Que el enemigo sobre el que se lograra una gran victoria fuese extranjero no aseguraba que el Senado concediese el triunfo, pues además de extranjeros debían ser enemigos dignos. A las victorias sobre enemigos que eran considerados indignos, como los esclavos o los piratas, se les concedía una “ovatio”, una celebración menor, en lugar del triunfo. Así, por ejemplo, a Marco Licinio Carso tras derrotar al ejército de esclavos a las órdenes de Espartaco en 71 .C., solo se le concedió la ovación, a pesar de que la revuelta de esclavos había supuesto un gran peligro para Roma. Otro requisito para poder celebrar un triunfo era que el general victorioso tuviese el cargo de pretor o de cónsul, las magistraturas más altas, aunque más tarde también podían celebrarlo los generales que tuvieran un imperium de propretor o de procónsul. Aunque a finales de la época republicana estos requisitos se podían obviar, como en el primer triunfo que celebró Pompeyo Magno sin haber sido siquiera pretor.  Si se cumplían todas las condiciones y el Senado se veía obligado a conceder la celebración de un triunfo, aún podían evitarlo retrasando su celebración y dejar al general con su ejército victorioso esperando a las puertas de Roma indefinidamente. El general no podía entrar en el pomerium, el límite sagrado de la ciudad delimitado por las murallas servianas, pues si lo hacía perdería su imperium. Esta estrategia de retrasar el triunfo fue utilizada contra Julio César tras regresar de la Hispania Ulterior en 60 a.C. para evitar que entrase en la ciudad y se presentase a las elecciones a cónsul del año siguiente, pero César prefirió el consulado a celebrar su triunfo y entró en la ciudad perdiendo su imperium.

El triunfo comenzaba en el Campo de Marte, al norte de la ciudad, daba una vuelta al circo Faliminio y entraba en la ciudad por la puerta Triunphalis, una puerta que solo se atravesaba en los triunfos. Tras atravesar esta puerta, la procesión se dirigía al Foro Boario por el barrio del Velabro y, tras atravesar este Foro, entraba en el Circo Máximo con sus gradas abarrotadas de gente y atravesándolo para luego girar a la izquierda y ascender por la Via Triunphalis, que ascendía por el valle entre el monte Palatino y el Celio. Al llegar a la Vía Sacra se giraba nuevamente a la izquierda para entrar en el Foro y ascender al capitolio donde estaba el templo de Júpiter Óptimo Máximo en el que acababa el triunfo con el sacrificio de dos grandes bueyes blancos al pie de la escalinata del templo. Los bueyes llevaban los cuernos dorados e iban adornados con guirnaldas y flores.

Los magistrados electos y los senadores abrían la comitiva a pie vestidos con sus características togas color crema claro y una banda de color púrpura en el hombro derecho de la túnica. Nunca podía participar en un triunfo senadores con un cargo superior al del triunfador para no eclipsar al triunfador. Así por ejemplo, si el triunfador había logrado su victoria desempeñando el cargo de pretor, los cónsules de aquel año no podían participar en el triunfo. Tras ellos iban músicos tocando sus trompetas sin parar. A continuación venían carros tirados por bueyes con el botín, de manera que los espectadores pudiesen admirarlo. Cuanto más grande y valioso fuese el botín más fama ganaba el general, pues todo aquello iba a parar al Tesoro de Roma (previo pago de la parte de las legiones y el general claro). El botín podía ser desde cualquier objeto de oro hasta esclavos, pasando por bellas armaduras enemigas o estandartes. Con el botín también venían  grandes carros con plataformas sobre los cuales multitud de actores representaban las escenas más características de la campaña. Después desfilaban las víctimas del sacrificio a Júpiter Óptimo Máximo, la ya citada pareja de bueyes blancos, y los sacerdotes. Tras ellos venía la mejor parte para la plebe, los prisioneros más ilustres vestidos con sus mejores galas. A la plebe siempre le encantaba ver a grandes caudillos y reyes que habían desafiado a Roma desfilar derrotados hacia el sacrificio por las calles de la ciudad. Y es que los jefes y reyes capturados eran ejecutados mediante la estrangulación en el Tullianum a donde eran llevados antes de que la procesión ascendiera al Capitolio. Los prisioneros que no tuvieran rango de rey, caudillo o jefe de importantes huestes eran perdonados y podían regresar a sus hogares.
Después de los prisioneros desfilaba el imperator montado en una cuadriga ataviado con una toga y una túnica púrpura bordada en oro (jamás iba ataviado con vestiduras militares como se representa en algunas películas o ilustraciones). El triunfador también lucía una corona de laurel, portaba un cetro coronado por un águila de oro y llevaba la cara y las manos pintadas de rojo a imitación de Júpiter, pero, para bajarle los humos, un esclavo que acompañaba al triunfador no paraba de susurrarle la siguiente frase: 

Respice post te. Hominem te memento

O lo que es lo mismo, mira atrás, recuerda que eres mortal (y no un dios).

Por último, después del triunfador venían las legiones. No todos los soldados que habían participado desfilaban, sino solo una representación de cada legión. Desfilaban desarmados, pues nadie, a excepción del dictador y su maestro del caballo si los hubiera, pueden entrar en el pomerium armados y con hojas de laurel adornando sus estandartes.

El triunfo terminaba cuando el triunfador llegaba al templo de Júpiter Óptimo Máximo, donde se hacían ofrendas, se colocaba la corona de laurel en la cabeza de la estatua del dios y se celebraba un banquete en el templo. Pero no acababan aquí el espectáculo, pues era habitual que se celebrasen juegos de gladiadores, carreras y representaciones teatrales para celebrar la victoria.

A finales de la República, el triunfo se había convertido en un instrumento más de propaganda y por eso los triunfadores se afanaban en celebrar un triunfo lo más espectacular posible, para que esos momentos quedasen grabados en la retina de los votantes. Uno de los triunfos más espectaculares fue el de Pompeyo Magno en el 61 a.C. por su campaña contra Mitrídates el Grande que duró dos días. 
Los triunfos de César en cambio (46 a.C.) duraron un día, pero celebró cuatro seguidos, algo inaudito: uno por las Galias, que fue el más espectacular; otro por la guerra de Alejandría, en la cual aupó al poder a su amante, Cleopatra; otro por su breve campaña contra Farnaces del Ponto; y por último otro por su victoria en África contra el rey Juba de Numidia, aunque en realidad fue contra los pompeyanos. Dio espectáculos como los ya citados y además repartió dinero para todos los ciudadanos, celebró banquetes por toda la ciudad y organizó una naumaquia, una representación de una batalla naval, desviando el Tiber y creando así un lago artificial.

Este espectáculo tan característico de la Roma Antigua puede verse reflejado en ciertas costumbres de la actualidad. Por ejemplo, cuando un equipo de fútbol gana una competición desfilan por su ciudad rodeados de enfervorizados aficionados y más tarde visitan a las autoridades y hacen ofrendas religiosas.

Artículo realizado por Jorge Menéndez Caunedo para Yo Elijo Latín.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Miles Romae

Introducción.
- El ejército no siempre dominó las técnicas de combate.
- Sin embargo supo aprovechar las derrotas sufridas.
- Hubo tres ejércitos bien diferenciados: el de la Monarquía, el de la República y el del Imperio.

Origen.
- El ejército fue llamado legio.
- Contaba con un cuerpo de caballería, pero el peso principal recaía sobre la infantería.

El ejército durante la Monarquía.
  • Primera época.
- Se reclutaba a los soldados teniendo en cuenta la división por curias y tribus del pueblo romano.
- Cada curia aportaba 100 infantes y 10 jinetes.
- El equipamiento corría por cuenta del soldado.

  • Reforma de Servio Tulio.
- En su reforma permitió la entrada al ejército de todo aquel que pudiese costearse el equipo.
- Dividió la ciudad en cuatro tribus.
- Dividió a los hombres en dos categorías: iuniores y seniores.

El ejército durante la República.
  • Introducción del manípulo.
- Unión de dos centurias.
- Colocación en tres líneas: la primera estaba formada por los hastati (los más jóvenes); en la segunda, los principes (los que tienen algo de experiencia); y en la tercera, los triarii (los más veteranos).
- Las dos primeras líneas llevaban como arma el pilum, y la tercera línea, el hasta.
- Armas defensivas: escudo y casco.
- Por cada legión había un cuerpo de caballería legionaria, un cuerpo de socii (tropas auxiliares de pueblos itálicos aliados) y un cuerpo de auxilia (tropas auxiliares de pueblos extranjeros, no itálicos, aliados).
  • La reforma de Mario.
- Sustituyó el manípulo por la cohorte como unidad táctica fundamental.
- La cohorte estaba formada por tres manípulos, por una triplex acies.
- Sustitución de alistamiento de ciudadanos para el ejército, por un reclutamiento voluntario.
- Desaparición de los socii.
- Desaparición de la caballería legionaria por más auxilias.
- Adopción de enseñas y numeración.
- Águila de plata como insignia legionaria.
- Generalizó el pilum, el scutum y la galea.
- Consecuencia de la reforma: el ejército pasó a manos de generales ambiciosos que se aprovecharon de ese poder.
  • Las guerras civiles.
- Antesignani: cuerpo especial de infantería ligera que iba delante de las enseñas.
- Cohortes praetoriae: fuerzas especiales a manos de algunos jefes.
- Speculatores: exploradores.

El ejército durante el Imperio.
  • Alto Imperio.
- El Principado quedó dividido en dos:
   1. Séquito del emperador:
·Cohortes pretorianas: guardia personal.
·Cohortes urbanas: servicios públicos.
·Cohortes de vigiles: vigilancia nocturna y extinción de incendios.
   2. Campaña:
·Dividida en legiones (formada por 10 cohortes) y en auxilia.
  • Bajo Imperio.
- Constantino divide el ejército en ejército de cobertura y en ejército de campaña.
- Las legiones pasan a ser batallones de infantería.
- La caballería se independiza de la legión.

El combate.
  • Formación en falange.
- Era de orden cerrado, con un frente muy amplio y poco fondo.
- Estaba dividida en seis frentes.
- Defectos: facilidad de desorden y poca capacidad de maniobra.
  • Formación en manípulos.
- El orden de batalla se presentaba en tres líneas articuladas en manípulos.
- Ventajas: adaptabilidad al terreno y capacidad de maniobrar
- Defecto: excesiva división de la legión.
  • Formación triple en  línea de combate.
- En formación de un frente de tres líneas: cuatro cohortes la primera, tres en la segunda y otras tres  en la tercera.
- Las cohortes se disponían separadas en el combate para facilitar el movimiento de una línea a otra.
  • Formación en cuña.
- Se adoptó tras las reformas de Diocleciano y Constantino.

Poliorcética.

- Engloba todas las operaciones relacionadas con el ataque y defensa de los fuertes.
  • Bloqueo:
- Predomina el cerco y la incomunicación.
- Alesia y Numancia son los más conocidos.
- Factor esencial: el tiempo.
  • Ataque o asedio:
- Dos tipos: rápido y prolongado.
- Material de asedio y medios: ariete, hoces, galerías subterráneas, terraplenes y torreones de asalto.
- Medidas de defensa a los asaltos: impedimento a aprovechar los medios del terreno, reforzamiento de los medios defensivos (por ejemplo, la muralla) y el uso de armas contra los soldados enemigos o contra las obras de asedio.
- Procedimientos con los que se protegían los asaltantes de los ataques de los asaltados: mantelete, testudo, galería y pluteus.
- Máquinas de artillería importantes: catapulta, balista y onagro.

El ejército en marcha.
  • Agmen pilatum.
- La formación está dispuesta en columna.
  • Agmen quadratum.
- Se utilizaba cuando había peligro de un ataque enemigo.
  • Agmen munium.
  • Agmen expeditum.
- Los soldados iban preparados para luchar en cualquier momento, por ello sólo portaban armas.
  • Orbis.
- Formación redonda utilizada cuando se esperaba un ataque enemigo por todos los flacos.

El campamento.

- La colocación del campamento dependía de la posición del enemigo.
- El trazado solía ser regular.
- El trazado lo realizaba una patrulla con un aparato óptico con el que clavaban unas banderas en el terreno con las cuales los soldados ya sabían a dónde debían dirigirse y qué tenían que hacer.
- Estaba protegido por un foso y un vallum, junto con un intervallum.
- La organización interna estaba dividida por el cardo maximus y por el decumanus maximus, las cuales se cruzaban perpendicularmente.

Entrada redactada por Verónica Durán para "Yo Elijo Latín"

domingo, 7 de junio de 2015

Características generales de la Oratoria Latina

La retórica es el arte de hablar bien, es decir, la teoría, mientras que la oratoria es la manifestación práctica de la retórica. El género de la oratoria nace en Grecia, al igual que la gran mayoría de los géneros, con Platón y Aristóteles, los cuales eran los principales teóricos de esta. Sin embargo, el gran orador del mundo griego fue Demóstenes. La oratoria consta de cinco partes:

1.       Inventio: Es encontrar lo que se quiere decir.
2.       Dispositio: Ordenar las ideas encontradas.
3.       Elocutio: Vestir con palabras las ideas (escribir).
4.       Memoria: Aprenderse el discurso de memoria.
5.    Actio: La puesta en escena. Tiene a su vez dos partes: los gestos del orador (agere) y la entonación (pronuntiare).

Los discursos también tendrán cinco partes:

1. Exordium: El objetivo del inicio del discurso debe ser la "captatio benevolentiae" (que el público se ponga a tu favor). Tenemos que conocer la "doxa", la opinión de la gente, para saber adaptarnos. La benevolencia se puede conseguir a través de la propia persona, del contrincante, del jurado o del propio tema.
2.       Narratio: Es un breve resumen del contenido a tratar.
3.       Divisio: Es un esquema del contenido.
4.  Argumentatio: Es la parte más importante, la argumentación. Los argumentos a favor se llaman "confirmatio", y la refutación de los que están en contra "refutatio". Los argumentos se ordenan de argumentos fuertes a los débiles, aunque también puede ser al revés. Aristóteles aconseja seguir el orden Nestoriano, que divide los argumentos en fuertes-débiles-fuertes.
5.    Peroratio: Se hace una "ennumeratio", un resumen y una apelación a los sentimientos, que puede ser suscitando odio contra el adversario o intentar mover a la compasión.

Los teóricos de la oratoria dicen que dentro de ella hay una serie de géneros, en función de su fin:

·   Genus iudiciale (género judicial): Su fin es el "docere" y su base es la "iustitia". Va dirigido a un jurado
·      Genus deliberatum (género deliberativo): Su fin el el "movere", y su base es la "utilitas" (utilidad). Su público es una asamblea
·     Genus demonstrativum (género demostrativo): Su fin es el "delectare", y su base es la "honestas" (honestidad de carácter moral). Su público es el auditorio en general

Hay también diferentes estilos:

·         Ático o tenius: Sobrio o sencillo.
·         Asiano o gravis: Recargado y elevado.
·         Rodio o mediocris: Medio.

Finalmente, los autores que cultivarán este género y sus obras pertenecientes a este son:

·   Cicerón: Discursos (Pro Roscio AmerinoIn VerremIn CatilinamPro Milone e In Marcum Antonium) y tratados de retórica (De inventioneDe oratoreOrator y Partitiones oratiae).
·         QuintilianoInstitutio oratoriae.
·         TácitoDialogus de oratoribus.

lunes, 1 de junio de 2015

Características generales de la Lírica

El género de la lírica, al igual que la mayoría de los géneros, nace en Grecia con autores como Safo, Anacreonte y Píndaro. En su origen, la poesía se hacía para ser recitada con acompañamiento musical, sobre todo con la lira. El fin de la poesía es ella misma, es decir, la poesía es el propio fin, el “delectare”  (deleitar). Los temas de la poesía son básicamente dos:

·      El yo en todas sus diferentes manifestaciones, tales como la reflexión, la religión, la naturaleza, los banquetes…
·      El amor, ya que se le da mucha importancia a los sentimientos humanos.

Respecto a la forma, la métrica es muy variada, hay yambos y troqueos:

·          Yambo: Compuesto por una sílaba breve y una sílaba larga
·         Troqueo: Compuesto por una sílaba larga y una sílaba breve

La estructura tiene tres partes: proemio, centro y epílogo. A su vez, hay tres tipos de estructuras:
  • Lineal.
  • Circular (empieza igual que acaba).
  • Dos partes.
Finalmente, en relación con los autores y sus obras, destacamos dos, ambos de época Clásica:

·    Catulo: Escribió 116 poemas con varias divisiones posibles, de las cuales citaremos una:
  1. 1-60: Poemas líricos y breves.
  2. 61-68: Poemas extensos. Son variados, pero predominan los elegíacos.
  3. 69-116: Epigramas, es decir, críticas o sátiras.
·   Horacio: SátirasEpodos (lírica con componentes de la sátira), OdasEpístolas.

jueves, 28 de mayo de 2015

Características generales de la Historiografía

Busto de César
La historiografía, al igual que la mayoría de géneros literarios, tiene sus orígenes en Grecia, con autores como Herodoto, Tucídides y Polibio. Sin embargo, la historiografía romana tiene una gran diferencia respecto a la griega: su “afán memoralístico”. Un romano tiene conciencia de que es el mejor, por lo cual crearán archivos en los que se guardará constancia de todo lo que sucede. Un ejemplo es el “Tabularum”.

El fin de la historiografía es, sobre todo, el “docere”, como deja claro Cicerón en su famosa frase “Historia est magistra vitae” (La historia es la maestra de la vida). Respecto al tema predominante en la historiografía, nos encontramos a Roma, y los personajes que saldrán en este tipo de textos serán los que hacen grande a Roma. Se le da mucha importancia al individualismo, el individuo tiene más importancia que una institución en general. También nos encontraremos verosimilitud en favor de la propaganda política.

En cuanto al lenguaje, usarán:

·         Tercera persona
·         Pretérito perfecto
·         Presente histórico
·         Infinitivo histórico
·         Ablativos absolutos
·         Cum histórico

Dentro de la historiografía hay varios tipos de subgéneros:

·         Historia general.
·         Monografía: Escribir sobre un tema en concreto, como Salustio.
·         Memoria de campaña.
·         Biografía.
·         Autobiografía.

Los principales autores que cultivarán este género y sus obras más importantes son:

·         Tácito: Historiae y Annales.
·         Suetonio: La vida de los doce Césares.
·         Julio César: La guerra de las Galias y La guerra Civil.
·         Salustio: La conjuración de CatilinaLa guerra de Yugurta e Historiae.
·         Tito Livio: Ab urbe condita.

jueves, 21 de mayo de 2015

Cartago, República que nos deja un legado histórico y cultural

Cartago, aquella civilización olvidada en la historia, descendiente de los mismísimos fenicios.
Desde su fundación Qart Hadašt fue un gran enclave comercial , la leyenda cuenta que esta ciudad fue fundada por la reina Dido en el Siglo IX a.C, aunque tras la decadencia de esta, Cartago se convirtió en una civilización republicana; contaba con una gran organización tanto comercial (debido a que conectaba todos los territorios y gran parte de las rutas comerciales del mediterráneo) como política (se desarrolló un consejo de sabios el cual tomaba las decisiones políticas, tanto de política interior como exterior, tal es así que el consejo de sabios aprobó el ataque y el inicio de la Segunda Guerra Púnica).

La ciudad de Cartago fue durante un gran periodo de tiempo la ciudad más importante del mediterráneo, hacía sombra a la mismísima Roma. Esta contaba con sistemas de alcantarillado, baños públicos y gran cantidad de calzadas. En el periodo de máximo apogeo de la civilización cartaginesa contó con más de 450.000 habitantes, aunque esto fue olvidado tras la destrucción de la ciudad en la Tercera Guerra Púnica.

Busto de Aníbal Barca
Quizá la civilización Cartaginesa será recordada por un nombre propio, Aníbal Barca de la casa de los Bárcidas, General púnico que puso en jaque a toda la Península Itálica, el cual con un ejército profesional de mercenarios estuvo a las puertas de Roma, y derrotó en numerosas ocasiones a las legiones romanas, como en la batalla del lago Trasimeno,  la batalla del Trebia, o la mismísima Cannas , la cual estaría en la memoria de los romanos durante siglos.

En la Península Ibérica  tenemos un gran legado cartaginés ya que establecieron una gran cantidad de bases que en un principio serian comerciales haciendo honor a la tradición de sus hermanos Fenicios y Griegos (los cuales fundaron ciudades como Gadir , la actual Cádiz o Ampurias, ciudad estado griega la cual sería un gran centro tanto cultural como comercial).

Respecto a estas ciudades, la más importante sin duda fue Cartago Nova o la nueva Cartago, esta fue un gran centro político y económico de poder cartaginés en la Península Ibérica.
Si hay algo admirable de Cartago es el respeto a las poblaciones ibéricas, ya que al contrario que roma, estos firmaron tratos con las diferentes tribus para no crear conflictos militares innecesarios.

Respecto al fin de Cartago, esta sucumbió tras tres grandes guerras contra la República romana, esta en la primera Guerra Púnica venció al padre de Aníbal, Almilcar Barca y Cartago perdió Sicilia, Córcega y más tarde tuvo que ceder Cerdeña a los romanos, tras esto, Cartago dirigió su mirada hacia Hispania donde había gran cantidad de metales y riquezas, con el objetivo de reconstruir una flota comercial y de pagar los tributos impuestos por roma.

La Segunda guerra Púnica puso en jaque a la República romana. Aníbal derrotó sucesivamente a las legiones romanas y finalmente, tras la conquista por parte de Escipión de la Península Ibérica y el desembarco de este en África, el consejo de sabios decidió la retirada de Aníbal de Italia, este fue derrotado en la batalla de Zama por Escipión.

Por último, la Tercera Guerra Púnica, la cual fue el fin de Cartago como civilización, fue provocada por Roma para acabar con la hegemonía comercial de Cartago en el mediterráneo, ya que estos exigían la destrucción del puerto, y tras la negación de Cartago , la ciudad fue asediada durante tres años y finalmente cayó.

Cartago, civilización de valientes, adelantada a su tiempo, todo un ejemplo de que la historia nos da gran cantidad de sorpresas.

Ruinas de Cartago

Artículo escrito por @thejavy360YT para Yo Elijo Latín

miércoles, 4 de marzo de 2015

Publio Virgilio Marón

Busto de Virgilio, Parque Virgiliano, Nápoles
 «Equo ne credite, Teucri 
Quidquid id est, timeo Danaos et dona ferentes.»

No confiéis en el caballo, troyanos. Sea lo que sea, temo a los dánaos (griegos), aún portando regalos. 
     Eneida, ll, 48

Publio Virgilio Marón nació en Mantua el 15 de Octubre del año 70 a.C. A pesar de no saber nada con claridad, siempre se  ha creído que sus padres eran propietarios rurales de modesta condición social. Comenzó sus estudios en Cremona sobre los doce años y luego los continuó en Milán y Roma.
Virgilio, junto con Horacio y Ovidio fue uno de los tres poetas latinos más importantes. 
Estos coincidieron en la etapa de Pax Augusta o Paz Romana, y fueron impulsores de la época dorada de la literatura latina. El emperador Augusto se preocupó por respaldar las letras latinas, protegió e impulsó las carreras de, entre otros, Virgilio y Horacio.
El gran poeta tuvo tres obras magistrales:

  • Las Bucólicas: Libro dividido en diez églogas en las que trata la vida pastoril. Como autor, decidió esconderse tras los pastores virgilianos, protagonistas de la obra, que se expresan con elegancia y sensibilidad en un mundo idealizado.
  • Las Geórgicas: Poema dedicado a la agricultura. A diferencia de Las Bucólicas, su contexto es un mundo real que habla del trabajo de la tierra y sus exigencias de sudores y amor.
  • La Eneida: La epopeya más importante de las letras latinas, incitada por Augusto. Cuya composición había iniciado alrededor del año 30 a.C. y que no llegó a completar pues falleció el 21 de setiembre del 19 a.C. Da una visión poética sobre su patria. Se divide en 12 libros, la dejó sin terminar e incluso ordenó que la destruyeran, pero el emperador la publicó. Los 6 primeros cantos se inspiran en La Odiesa, mientras que los 6 últimos, se inspiran en la Ilíada. Fue una obra de gran importancia para Roma, ya que Virgilio enlaza a los romanos con el heróico pueblo troyano.


Por último, una anécdota del autor: El poeta se gastó el equivalente a 1.125.000 dólares actuales en el funeral de su mascota, una mosca. Alquiló una orquesta, tuvo una tumba especialmente contruída, pagó servicios de plañideras...

Artículo escrito por @JuthhG

martes, 24 de febrero de 2015

La Primera Guerra Civil Romana (88-81 a.C.)

La Primera Guerra Civil de la República de Roma (88-81 a.C.) fue la primera de las guerras civiles que sufrió Roma en el siglo I a.C., y que llevaron finalmente al final de su sistema político y a la instauración del Imperio Romano. La guerra enfrentó a las dos facciones políticas en las que se había dividido Roma: los optimates, partidarios del poder del Senado, y los populares, partidarios del poder de los comicios o asambleas populares. Tuvo causas tanto políticas como personales, pues su origen se encuentra en el enfrentamiento entre dos generales, el popular Cayo Mario y el optimate Lucio Cornelio Sila.
Busto de Lucio Cornelio Sila
El origen del conflicto se encuentra en Asia menor, en donde el rey Mitrídates VI de Ponto había iniciado una política expansionista, lo que le enfrentó a Roma y a su aliado el reino de Bitinia. El comandante de Mitrídates, Arquelao, derrotó al ejército de Bitinia en la batalla del río Amnias, y al ejército romano en la batalla del monte Scorobas. Tras estas batallas Ponto se anexó Bitinia y la provincia romana de Asia, pasando a controlar casi toda Asia Menor. La mayoría de las ciudades de Asia Menor recibieron al rey de Ponto como un liberador del dominio romano. Por su parte Mitrídates autorizó la ejecución de 80.000 ciudadanos romanos que se encontraban en Asia Menor.
La situación era crítica, por lo que el Senado se vio en la necesidad de enviar tropas para recuperar Asia Menor. Sin embargo, se vio envuelto en una lucha personal y política, pues eran dos los generales que deseaban el mando de las tropas, Cayo Mario y Lucio Cornelio Sila. El Senado se decidió por Sila, que partió a tomar el mando de sus tropas. Sin embargo durante su ausencia Mario sobornó al tribuno de la plebe, Publio Sulpicio Rufo, que consiguió que el Consejo de la Plebe aprobara una propuesta que daba el mando de las tropas a Cayo Mario, creando una contradicción legal.
Había pues designados dos generales contra Mitrídates VI, cada uno de ellos apoyado por una facción política y por una institución de la República. Enfrentado a esta situación, Sila tomó una decisión sin precedentes y marchó con su ejército hacia Roma. A pesar de los esfuerzos de Mario para defender Roma, Sila entró con cinco legiones en la ciudad sin apenas oposición. Cayo Mario y Sulpicio Rufo huyeron de Roma. El primero consiguió embarcarse y esconderse en una isla cerca de la costa de África, pero el segundo fue capturado y ejecutado. 
Busto de Cayo Mario
Sila consiguió que el Senado declarara a sus oponentes enemigos de la República y proclamó nuevas leyes que fortalecían el poder tradicional del Senado. En las elecciones consulares de ese año, el 87 a.C., fueron elegidos Cneo Octavio, optimate, y Lucio Cornelio Cina, popular. Sila les hizo jurar que no revocarían su legislación y se embarcó hacia Asia menor para enfrentarse a Mitrídates VI y el reino de Ponto.
Durante la ausencia de Sila, Cornelio Cina presentó una propuesta de ley que revocaba las leyes dictadas por Sila, lo que supuso la ruptura de su juramento. Su colega consular Cneo Octavio logró privarlo de su dignidad consular y expulsarlo de Roma con la ayuda de la mayoría optimate del Senado. Cina huyó al sur de Italia, en donde los populares tenían muchos partidarios, y consiguió que Cayo Mario volviera de su exilio. Entre los dos organizaron un ejército y marcharon contra Roma, que no estaba en condiciones de defenderse debido a una epidemia que azotó la ciudad un par de meses y a que Mario y Cina interceptaron los suministros de trigo tras saquear Ostia, el puerto de Roma. 
Tras entrar en Roma Cayo Mario y Cina se entregaron a una orgía de venganza contra sus enemigos políticos, especialmente en el Senado, que quedó muy debilitado. En el 86 a.C. Mario y Cina forzaron su elección como cónsules. Sin embargo, dieciocho días más tarde de tomar posesión como cónsul, Mario murió debido a su avanzada edad, y Cina se quedó solo ante el gobierno de Roma. Una de sus primeras medidas fue enviar un ejército a Asia menor contra Mitrídates VI y contra Sila, que seguía al mando de sus legiones. El ejército enviado por Cina y mandado por el legado Flavio Fimbria derrotó al ejército póntico y consiguió que muchas ciudades volvieran a aceptar la soberanía romana. 
Busto de Mitrídates VI de Ponto
Ante esta situación, que perjudicaba tanto a Mitrídates VI como a Sila, ambos llegaron a una acuerdo con el tratado del Dárdano en el 85 a.C., por el que Mitrídates renunciaba a las posesiones que había conquistado en Asia Menor. Sila volvió entonces su atención al ejército de Fimbria. Este, ante la
superioridad de Sila y el amotinamiento de sus tropas, se suicidó, dejando a Sila abierto el camino hacia Roma.
Ante el inminente retorno de Sila, las tropas de Cina se amotinaron y le asesinaron, lo que fue el comienzo del fin del régimen popular a la vez que dictatorial que Cina había instaurado en Roma. Muchos antiguos partidarios de Mario y Cina se pasaron al bando de Sila. Este desembarcó con su ejército en Brundisium, en el sur de Italia, y derrotó a los ejércitos populares entre el 83 y el 82 a.C. en las batallas del monte Tifata, de Sacriportus y de Porta Collina, frente a los muros de Roma. Tras esta última batalla, en la que consiguió el dominio de Roma, Sila ordenó la ejecución de muchos de los prisioneros populares.
Tras su completa victoria, Sila celebró su triunfo adoptando el nombre de Felix, y obtuvo del Senado su nombramiento como dictator legibus faciendis et reipublicae constituendae causa (dictador para la creación de las leyes y la constitución de la República) por un periodo indefinido, al contrario que en anteriores dictaduras. Comenzaba el periodo de terror que sería conocido como la dictadura de Sila.
Mapa de Oriente Medio y Asia Menor en el 88 a.C.

domingo, 8 de febrero de 2015

Cayo Valerio Catulo

Busto de Cayo Valerio Catulo en Sirmione
Cayo Valerio Catulo (Gaius Valerius Catullus), nació el año 84 a. C. en Verona, al norte de Italia, durante el cuarto consulado de Lucio Cornelio Cina, y murió el 54 a.C. El padre de Catulo era amigo de César, mas el propio Catulo lo despreciaba:

César, no le dedico demasiada
atención a agradarte,
ni a saber si eres hombre blanco o negro.

De Catulo conservamos 116 poemas, los denominados "Carmina". En su obra podemos ver poemas muy diferentes –no solo por el contenido sino también por la forma–. Tenemos poemas de amor, pero también de odio; tenemos poemas tiernos, pero también de venganza; tenemos poemas breves, mas también poemas extensos. Viendo los poemas que citamos, es evidente que Catulo fue talentoso en unir diferentes registros de la lengua. Con ello queremos decir que sabe adecuar su lenguaje dependiendo del poema que está escribiendo. Sabe qué palabras utilizar en cada momento y con qué fin. En Catulo es inagotable ese lenguaje de caricias y de amor que representa el amor que sentía por Lesbia. La forma de los poemas de amor expresan todo ese amor que sentía Catulo por su amada; expresaba su amor sincero y desinteresado. Por otra parte, también es inagotable el lenguaje grosero y obsceno.

Sin embargo, a Catulo se le conoce más por esos poemas que le dedicó a su gran amada Lesbia. Este romance le trajo más de un dolor de cabeza, aunque él la amó con toda su alma. Este amor puro, sincero, desnudo y desinteresado lo podemos ver reflejado en muchos poemas del poeta veronés:

Vivamos, Lesbia mía, y amemos,
y las habladurías de esos viejos tan rectos,
todas, valorésmoslas en un solo as.
Los soles pueden morir y renacer:
nosotros, en cuanto la efímera luz se apague,
habremos de dormir una noche eterna.
Dame mil besos, luego cien,
luego otros mil, luego cien una vez más,
luego sin parar otros mil, luego cien,
luego, cuando hayamos hecho muchos miles,
los revolveremos para no saberlos
o para que nadie con mala intención pueda mirarnos de través,
cuando sepa que es tan grande el número de besos.

Catulo sufrió mucho, puesto que Lesbia no le era fiel. Sabemos –gracias a Apuleyo – que el apodo de “Lesbia” corresponde a Clodia, una mujer casada. Se dice de ella que tuvo diversas aventuras a lo largo de sus dos matrimonios, y que siguió teniendo affaires con diversos hombres tras la muerte de su segundo marido (Quinto Cecilio Metelos Céler). Catulo era uno de esos amantes, lo cual no le sentó nada bien, como vemos en el poema LVIII:

Mi Lesbia, Celio, aquella Lesbia mía,
aquella Lesbia a la que amó Catulo
(únicamente a ella)
más que a sí mismo y que a los suyos todos,
ahora por las esquinas y callejas
se la pela a los nietos del gran Remo.

En conclusión, los poemas son grandes maravillas ya sea por la expresión del amor sincero y desnudo que siente por Lesbia, ya sea por ese lenguaje obsceno y lleno de insultos que encontramos en otros poemas. Catulo ha tenido tanta popularidad en la actualidad  porque su poesía es tan próxima en forma, estilo y espíritu a mucha de la nuestra contemporánea. Su poesía es diferente a la poesía que le precedió. Esta «modernidad» hace popular a Catulo entre nosotros.


Entrada realizada por Kevin Prell Trevejo (@Indeclinabilis)