martes, 17 de junio de 2014

La diosa Eos (Aurora)

Eos es la diosa de la aurora, hija del dios del fuego astral “Hiperión” y de la diosa de la vista “Tea”, es una descendiente de titanes.
Eos es la diosa de los “sonrosados dedos”, hermana de Helios (Sol) y Selene (Luna) que salía de su hogar al borde del océano que rodeaba el mundo para anunciar al sol, su hermano, para lo que no dudaba en abrir las puertas del infierno subida a un carro tirado por caballos todas las mañanas.
Apolo y Aurora, de Gérard de Lairesse. 1671.
Es una diosa que se representa melancólica y bella. Según la Ilíada de Homero tiene una toga de color azafrán bordada de flores, una corona, largas alas con plumas blancas, brazos dorados y dedos sonrosados. Eos era representada en vasijas áticas.
Eos es considerada como el origen de todas las estrellas y planetas. Sus lágrimas son personificadas por Herse en el rocío en las mañanas.
Según Hesíodo, Eos “brilla sobre todos los que están en la tierra y sobre los inmortales dioses que viven en el ancho del cielo”.
La diosa era tan bella, que tuvo muchos amores, tanto titanes como hombres bellos mortales.
Con Astreo fue madre de los cuatro vientos: Bóreas, Céfiro, Euro y Noto, así como de los planetas y Eósforo, el lucero del alba.
Secuestró a Ganimedes, Céfalo, Clito y Titono para que fueran sus amantes y Afrodita padeció por culpa de ella porque la encontró en la cama con Ares. Pero la bella diosa no fue correspondida por el titán Orión, por el que sentía mucha pasión.
De los amantes que tuvo, Titono fue el más cercano y fiel. Cuando Zeus le robó a Ganimedes para que fuese su copero, Eos le pidió que hiciese inmortal a Titono, pero olvidó pedir la eterna juventud. Titono vivió por tanto para siempre pero se hizo más y más anciano, convirtiéndose finalmente en un grillo.
L'Aurore et Céphale (1733) por François Boucher
Según Hesíodo, Titono y Eos tuvieron dos hijos, Memnón y Ematión. Memnón luchó junto a los troyanos en la Guerra de Troya y fue muerto. Su imagen con Memnón muerto sobre sus rodillas, como Tetis con Aquiles e Isis con Osiris, fue el icono que inspiró la Pietà cristiana.
El rapto de Céfalo tenía un atractivo especial para el público ateniense debido a que éste era un muchacho de la ciudad, por lo que este elemento mítico apareció frecuentemente en las vasijas pintadas áticas y fue exportado con ellas. En los mitos literarios Eos raptó a Céfalo cuando éste estaba cazando y lo llevó a Siria. Pausanias fue informado de que la secuestradora de Céfalo fue Hemera, la diosa del día. Aunque Céfalo ya
estaba casado con Procris, Eos tuvo tres hijos con él, incluidos Faetonte y Héspero. Pero entonces Céfalo empezó a añorar a su esposa, provocando que una contrariada Eos lo devolviese con ella y lo maldijese. En el relato de Higino se cuenta que Céfalo mató accidentalmente a Procris algún tiempo después al confundirla con un animal mientras cazaba; en Las metamorfosis de Ovidio, Procris, celosa, estaba espiándolo y le oyó cantar al viento, Aura, pero creyó que era una serenata a su antigua amante Aurora.

sábado, 14 de junio de 2014

El 11 ideal de la Historia futbolística de Roma

Ante el reciente comienzo del Mundial de Brasil, nos ha parecido interesante escribir algo sobre un equipo de “jugadores” romanos, formado por los emperadores o por personas importantes a lo largo de su historia. Este es nuestro 11 ideal:

Portero: Vespasiano.

Defensas: los Hermanos Graco, Cicerón y Escipión.

Mediocentros: Espartaco, Augusto y Julio César.

Delanteros: Calígula, Trajano y Nerón.

Después de hacer esta pequeña introducción con el 11 titular, vamos con una breve explicación de cada jugador:

Vespasiano: El emperador romano desde el 69 al 79 d. C. impondrá calma a sus jugadores desde la portería. Si supo calmar las cosas tras el año de los tres emperadores, ¿por qué no puede hacer un buen Mundial?

Hermanos Graco: Los dos hermanos ocuparán los laterales, ejerciendo un gran desgaste para defender su reforma de la defensa romana. No son muy queridos por la afición, que les matará en cualquier despiste. De nada les servirá ser tribunos de la plebe.

Cicerón: Convencerá a los atacantes rivales para que no marquen goles. Con sus argumentos, el cónsul romano en el año 63 a. C., conseguirá la nacionalización romana de Arquias, que aportará al equipo grandes dotes de poesía.

Escipión: Se inventará alguna estratagema para que los jugadores rivales no puedan ver claramente la portería. Los atacantes rivales le temen, sobre todo el cartaginés Aníbal.

Espartaco: Al contrario que en la vida real, intentará parar la revolución que han emprendido algunos jugadores suplentes, para no ir convocados nunca más por la selección.

Augusto: En la selección desde muy pequeño. César le reconvirtió al mediocentro hace un par de años. Ganará la batalla por el puesto de mediocentro a su archienemigo Marco Antonio.

Julio César: El mejor jugador, con el 10 a la espalda. El partido se mueve al ritmo que Julio quiere. Tras una pequeña revuelta con Pompeyo, consiguió echar a este y hacerse con el control del equipo.

Calígula: Veloz y rápido, como su caballo el senador. Los jugadores rivales le temen por el pequeño rumor de su locura, sobre todo en los últimos años.

Nerón: Con su arpa y su voz duerme a los defensas rivales para que le resulte más fácil marcar. A veces lleva mechero.

Trajano: Con este jugador llegarán los mayores éxitos de la selección, al igual que pasó durante su imperio en Roma.